El Viaje Amado

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Se encuentra dentro del edificio de la derecha, pero se entra por la única entrada principal. En la recepción del edificio hablan inglés.

Después de subir en ascensor al piso 8 aparece un pasillo largo con los colores argentinos y los números de las oficinas que es algo confuso. Mientras uno está frente a la oficina 802, sin ver la 801, exactamente en frente está la 810, por lo que hay que empezar a caminar hasta encontrar la 808 y después tocar timbre para que abran la puerta.

Por si no queda claro, hay tres carteles indicando que es el piso de la Embajada de Argentina

Pasillo de colores argentinos

Mi visita

No fuí sólo a saludar como dije antes, sino que fue planeado. El día anterior me comuniqué por teléfono para consultar y arreglé una cita para no tener problemas, aunque me dijeron que no hacía falta.

En la llamada no había sistema telefónico y me atendieron directa y rápidamente. Saludé en búlgaro con el clásico "добър ден" (se pronuncia "dóbur den", y significa "Buenas tardes") después de que me atendieran en búlgaro, y seguido del segundo clásico "¿english, español?", comencé a hablar con felicidad en argentino.

Al llegar, las 2 señoritas de recepción ya sabían mi nombre, y en un español con acento búlgaro, me ofrecieron algo de tomar.

Ni bien uno entra se puede ver la oficina del embajador y la del secretario con una bandera argentina grande del lado de afuera de la ventana, y un pasillo largo con más oficinas. La embajada es más grande de lo que yo me imaginaba antes de ir.

Frente a la recepción se ve un retrato del General San Martín, y en el largo pasillo se ven varias pinturas de artistas argentinos que retratan la historia y las costumbres argentinas.

Si bien sólo fuí a solicitar el Certificado de Antecedentes Penales, cuando el embajador Guillermo Salvador Azrak se enteró que había un argentino dando vueltas, quiso conocerme. Dejó de lado sus actividades por un momento y me invitó a su oficina, donde me dió la bienvenida y hablamos por alrededor de 10 minutos sobre distintos temas.
Sin dudas fue un honor conocerlo y me sentí muy bienvenido. Como en casa otra vez.

En ese momento fue cuando me dí cuenta cuánto extraño hablar en argentino con alguien a quien no conozco en persona. Si bien en el último mes me encontré con personas que hablan español, hablé en español de España, y en el único momento en que hablo en argentino es con mis familiares y amigos por mensaje escrito, teléfono o videollamada, y obviamente, siempre son las mismas personas.

Durante esta semana se cumplen ya 4 meses desde la última vez que hablé con un argentino desconocido en persona.

Antes de retirarme dejé mis datos de contacto para conocer y participar de cualquier evento organizado por la embajada, así que próximamente tendrán más noticias. ;)